"La libertad es nuestra naturaleza y la dignidad y el valor de la diversidad real la más alta expresión del yoga". Douglas Brooks
Cada día tengo más presente esta cita. La razón, son las órdenes y acciones del nuevo presidente de Estados Unidos de América (EEUU) Donald Trump. Acciones que, aunque por caóticas generan la expectativa de un precoz fracaso, nos confrontan tanto y globalmente, precisamente porque desprecian esta diversidad.
Un buen amigo, maestro de Yoga Iyengar que vive en EEUU, Siegfried Bleher, me compartió a finales de enero esta pregunta a manera de reflexión:
"¿Cómo hacer para mantenernos atentos y no arrollados por el hecho de ver cómo muchas de las cosas que damos por hecho están siendo desafiadas?"
La palabra kayaka en sánscrito significa "profundo compromiso con la comunidad". También significa cuerpo. Lo cual viene a colación por la importancia de la práctica de yoga, sobre todo en estos momentos desafiantes.
Y la respuesta a la pregunta de mi amigo, la podemos contestar a partir de una de las enseñanzas primordiales del yoga:
Abhyasa: Práctica constante con dedicación y observación.
Vairagya: Desapego. Desapegarnos del hecho de que nuestras acciones busquen un resultado particular. Desapego que nos lleva a comprender esta característica fundamental de la existencia que como enseña el budismo es anitya o la impermanencia.
El maestro B.K.S. Iyengar describió a abhyasa y vairagya como las dos alas que permiten volar a un pájaro.
Patanjali abunda en estos dos conceptos en los recomendables Yoga Sutras I.12 - I. 16. Cito el primero:
1.12 abhyasa vairagyabhyam tannirodhah
La práctica y el desapego son los medios para detener los movimientos de la consciencia.
Hace unos días, Isabel Gutiérrez, alumna que conocí en esta clase*, me compartió su tesis de maestría en "Paz, desarrollo, seguridad y transformación del conflicto internacional". En la tesis dedica un capítulo a la inteligencia espiritual, el yoga y la imaginación moral, esa "osadía de requerir la organización de una ciudadanía con la valentía de tomar riesgos para transformar el mundo" como la define Paulo Freire en su libro La Pedagogía del Oprimido.
Imaginación moral que como la define John Paul Lederach es "imaginar respuestas e iniciativas que, mientras estén arraigadas en los retos del mundo real, son –por su propia naturaleza– capaces de sobrepasar patrones destructivos, concibiendo entonces aquello que no existe".
Y ya que hablamos de Paz, cito una vez más a B.K.S. Iyengar:
"Antes de buscar la paz entre naciones, debemos buscar la paz dentro de esa pequeña nación que es nuestro propio ser".
Volviendo a la idea de la diversidad, el Hermano Benedictino David Steindl-Rast comparte la siguiente idea,
"Cuanto más nos descubrimos en los otros más somos nosotros mismos".
Este monje benedictino quien se ha entrenado también en Budismo Zen hace énfasis en la gratitud como la clave de la felicidad y dice:
"No es la felicidad la que nos hace agradecidos, es agradecer lo que nos hace felices". (Este agradecimiento nos llevará a) "vivir la acción desde una consciencia de pertenencia a un todo mayor a uno mismo"
Esta pertenencia es a final de cuentas lo que es también el yoga.
"Siempre te convertirás en la compañía de gente que mantengas. Mantén una gran compañía" dijo el Dr. Gopala Aiyer Sundaramoorthy (Appa) maestro del filósofo Douglas Brooks de quien suelo compartir enseñanzas como las siguientes:
"Yoga es profundizar el compromiso".
"Las experiencias más valiosas son las que podemos compartir".
"Para verte a ti, te debes ver más que a ti".
"Cuánto más me conozco, más generoso puedo ser".
"Mientras más te comprometes más libre eres".
Entonces para seguir profundizando en el compromiso, la libertad y el valor de la diversidad –tan necesarios en estos días– ¡practiquemos!
Namasté,
Fernando.
- La mayoría de estos conceptos los compartí en mi clase del sábado 28 de enero pasado, la cual siguiendo el tono del Hermano David, incluyó el énfasis del agradecimiento: "¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias a todos los alumnos y gente que he conocido gracias a esta clase! Gente muy significativa en mi vida. Gracias al Centro Budista de la Ciudad de México y a todos los que han hecho posible la clase. Gracias al espacio y a todos los que han meditado aquí y que han sumado su energía en este recinto. Gracias a todos los maestros que ha compartido el yoga a lo largo de cinco mil años". _/|\_
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