Dicen que al volver de un viaje largo, el alma tarda más en llegar que el cuerpo.
Hace siete años tuve un magnífico sueño el cual interpreté como una confirmación de que el alma se toma su tiempo.
Ahora el sueño recurrente al volver a México es curioso. Varias noches he soñado que camino dentro de una laberíntica fortaleza, que identificó como al Fuerte de Amber, cerca de Jaipur, que fue el último destino turístico que visitamos.
Camino y caminamos -a veces estoy sólo, a veces con J- por estrechos pasillos y siempre que llego a una puerta no puedo salir, me quedo platicando con alguien en el sueño o me despierto.
Quizá influyó que mi equipaje no había llegado. Casi tres días después de aterrizar me lo acaban de traer. Puede ser que las imágenes que ahí traigo eran el señuelo del alma.
Como sea, poco a poco cada vez me voy sintiendo más en el hogar.
Por cierto, la canción Home de David Byrne y Brian Eno, del disco Everything That Happens Will Happen Today, acompañó y ayudó al aterrizaje.
Las últimas semanas del viaje fueron intensas, veloces. Nos tomará un poco más asimilarlas.
Me gusta la sensación de sentirme en casa. El despliegue que desde aquí se puede hacer. El viaje interno que el Yoga favorece. El segundo viaje que comienza al volver.
Seguiré compartiendo. Las clases de Yoga han reiniciado y procuro publicar más aquí.
Namaste.