Como anillo al dedo me quedó la idea del Centro Budista de la Ciudad de Mexico que ayer retuite:
RT@centro_budista: Meditando nos hacemos más conscientes de la amabilidad del mundo, que se encuentra alrededor de nosotros http://bit.ly/bApf4a
Así desarrollamos la compasión hacia lo que nos cuesta trabajo. En lo personal, ayer, la actitud de mis compañeras.
Aunque he de decir también sobre una de ellas que a sus más de 50 años de edad, es la primera vez que sale de viaje fuera de Canadá. Vaya destino que escogió. Y se lo dije que si si era valiente.
En fin estoy seguro que las enseñanzas destiladas a través de tantos trikonasanas que hemos hecho nos hará ser más conscientes de la amabilidad que nos rodea.
Interesante idea: abordar nuestro lado oscuro a través de la repetición incesante de trikonasana (la postura del triángulo).
Y es que si no nos transformamos creo que no sirve de mucho el Yoga ni cualquier disciplina, sobre todo cuando estas tienen pretensiones espirituales.
Prashant insistía en la clase de la mañana "les gusta hacer pero por hacer y hacer, no se dan cuenta de lo que están viviendo, de lo que están aprendiendo a través de las asanas".
"Las asanas no son Yoga. A través de las asanas aprendemos lo que es el Yoga que tiene mas que ver con la consciencia y la atención".
Así comienza esta semana intensa. Hoy fue mañana de cinco horas de práctica y tarde de observación de clase.
Mañana el día es aún mas intenso ya que tomo cuatro horas de clase.
Gracias por leer estas experiencias escritas a bote pronto (de inmediato) por lo cual carecen de madurez y perspectiva pero por otra parte reflejan el calor del momento.
Namaste.