"La magia, bajo todas sus formas, ha quedado anticuada o ha sido abolida, excepto en la India, donde nada cambia, a pesar de la reluciente capa de escoria que la gente denomina civilizacion"Kypling Rudyard, "El bisara de Poore" relato en La Marca de la Bestia y otros relatos fantasticos, p.92.
Acabo de volver de visitar las ruinas del Ashram del Guru Maharishi Mahesh, ni mas ni menos que aquel que recibiera en Rishikesh a los Beatles. El sitio, aun no se porque, fue prohibido y abandonado. Es una maravilla. Rodeado de selva, se ubica sobre una colina con una esplendida vista del Ganges y la puesta de sol, la cual aprecie desde una terraza ubicada fuera de una cueva de meditacion. Ya les contare mas de mi rutina --que delicia son las cotidianeidades viajeras-- en Rishikesh. Mientras tanto pongo, poco a poco, al corriente, lo vivido en los Himalayas.
Era martes 7 de octubre, quiza era la altura o el paisaje, pero en la carretera una piedra rodo hacia arriba. Acababa de visitar la Gompa Ki, donde un joven monje tibetano me convido un chai. Esta gompa se aferra a un penyasco ubicado a 4,116 msnm, desafiando invasiones y terremotos durante mas de mil anyos. Hay que recordar que la cordillera del Himalaya crece un milimetro al anyo.
Acababa de dejar esta gompa para dirigirme a Kibber, una de las villas mas altas de Asia con 4,205 msnm, cuando la piedra rodo hacia arriba.
Al dia siguiente, llegue a Tabo. En el mensaje Apuntes sobre Tabo menciono mas informacion de este magico sitio, donde al llegar decidi quedarme tres noches y en ocasiones lamente no haberme quedado mas tiempo. Atender esa puja tempranera, fue como viajar por el tiempo. En ese huevo cosmico de areniscas construcciones milenarias, minutos previos a la salida de la luna llena de octubre, uno siente que puede platicar con quien sea. Despues de una circunvalacion ritual, llamada, Pradaksina, asi lo hice y mientras los ultimos rayos de sol iluminaban los glaciares, el mejor conversador fue mi abuelo. Muerto hace unas semanas.
Mi abuelo pelaba las manzanas con cuchillo y hacia un largo espiral con la cascara. Aqui se recomienda pelar las manzanas. Asi, a diario lo recuerdo. Muy especial fue cuando un domingo hice una excursion desde pueqenyo poblado de Nako. Ascendi a un paso entre dos montanyas donde habia una pequenya gompa. La vista desde aqui asomaba nuevos picos nevados, era un buen sitio para comer. A la hora de pelar la manzana, un viento especialmente fuerte soplo por la zona. Unos segundos despues unas mulas cargadas aparecieron por una estrecha vereda. Entonces volvi a Nako.
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Nako, es el primer poblado que alcance despues del emocionante y polvoso cruce del camino interrumpido a bordo de la canastilla. Nako, se encuentra a unos 20 Km de la frontera con Tibet. Es una villa con un pequenyo lago. Sus estrechisimas calles forman un laberinto cuyas paredes son las mismas de las casas levantadas con piedras apiladas. Por estas pasean muchos ninyos y muchas mas cabras.
En esta region montanyosa la palabra para decir hola, adios, por favor, gracias es: Jule. En Nako, me imagino que por cabreada influencia, la palabra se pronuncia juleeeeeeeee. La gente es muy amable. Debo llamar la atencion ya que en el primer dia de mi estancia aqui soy el unico turista. La segunda nocheya habia llegado Hans Schwarte, el ciclista holandes del cual ya les he platicado, viene viajando desde el sur de la india en bicicleta {Un dia de estos, espero nos volvamos a ver, quiza en Amsetrdam}. A la manyana siguiente comparti un Tata Sumo (Jeep) con una familia de Calcuta. Un apretado pero rapido viaje con muy buenos panoramas, uno de los cuales era el cruce de los rios Spiti y Sutlej, este proveniente del Tibet. Asi el lunes 13 de octubre deje Spiti Valley y entre a Kinnaur Valley, llegando a Kalpa. Muy popular destino turistico donde lo que mas vale la pena apreciar es la vista del sagrado pico Kinnaur Kailash (6,050 msnm), el cual cambia de color durante el transcurso del dia tornandose dorado y rosado al atardecer.
Una vez visto este espectaculo, tome el camion que me llevaria a Sangla, una villa en la cual, afortunadamente, es en la que menos tiempo he permanecido. Me baje del camion y a los cinco minutos de estar en Sangla, decidi subirme de nuevo al camion, trepar mi mochila al techo de este y seguir disfrutando el trayecto a lo largo de uno de los valles mas bonitos del Himalaya, eso dicen y no lo dudo, para llegar al lejano caserio de Chitkul, donde dormi en la casa del cartero.